El respeto es el alma del amor
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Alfonso llano Escobar, S. J. |
Si el respeto significara reparar en una cualidad física de la persona que veo, por ejemplo su figura, su belleza, su arreglo, más que respeto sería curiosidad, interés personal. El respeto va a lo esencial de la persona. Por eso, el respeto me exige no reparar en aspectos secundarios, sino en lo esencial de la persona: su dignidad.
Respeto entre cónyuges significa la perfección del amor, significa haber pasado del amor físico al amor noble y espiritual, al amor que garantiza la estabilidad de la relación conyugal. El respeto obliga al esposo a interesarse por el bienestar de la esposa. Significa que no la va a usar, ni a irrespetar con frases indignas, con modales bruscos, con bromas pesadas de gente vulgar. El respeto indica la calidad del amor. El día que falte el respeto entre esposos, hay que sacar tarjeta amarilla: señal de peligro, de que hay 'mal juego' en el amor y de que la tarjeta roja va a aparecer muy pronto.
Quien aprendió a respetar no hace distinciones en el trato, distinciones que no vienen del respeto, sino de la discriminación superficial, que repara en las diferencias accidentales, como el color de la piel o la sencillez del oficio que desempeña. El conductor y el celador prefieren el respeto al sueldo. De sobra que este cuenta, pero cuando viene sin el respeto, el conductor, el celador, la muchacha de la cocina no se sienten a gusto y andan pensando en cambiar de jefe. El respeto es el mejor pago, el mejor reconocimiento de la dignidad de la persona, es el 'alma' del amor.
También las cosas merecen respeto, si se entiende por tal el cuidado en el manejo de ellas: no ser brusco, no dañarlas, no malgastarlas. Un bello libro del teólogo alemán Hans Urs von Balthasar se titula precisamente Respeto con las cosas. Tal respeto revela la calidad de la persona. Una puerta hay que cerrarla con cuidado. Un libro hay que tratarlo con delicadeza para que dure y pueda ser leído por muchos. Hay que guardar las cosas de la naturaleza. No arrojar basuras a la calle significa altura y calidad de ciudadano. Respetar los parques, las calles, las paredes es signo de cultura. Las paredes de casas y muros de edificios en Bogotá dan muy mal aspecto por razón de gente sin respeto ni cultura, que las llena de grafitis de mal gusto, para los cuales debiera haber sitios señalados por la autoridad. Ensuciarlos con signos y figuras de color es señal de poca altura, de falta de respeto a la ciudad. Si trata bien las cosas, seguramente que tratará todavía mejor a las personas.
Exíjales a sus hijos tratar con respeto a las personas y las cosas: saludar al celador, darle la mano al anciano, no botar basuras a la calle.
cenalbe@javeriana.edu.co
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